Queridos lectores, mientras Andrew está fuera esta semana, yo me encargo del boletín. Me llamo Lisa-Marie Maier y formo parte del equipo de medios de comunicación de HRW, con sede en Berlín.
Hoy se cumple otro triste hito. Han pasado tres años desde el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.
En este boletín, hemos informado sobre el asalto despiadado de Putin contra Ucrania desde el primer día.
Los bombardeos indiscriminados de Rusia han sido ampliamente documentados en muchas ciudades desde entonces: Chernihiv, Kharkiv, Kherson, Kramatorsk, Kremenchuk, Mariupol, Mykolaiv, y tantas otras - en violación de las leyes de la guerra.
Y en el caso de muchos más civiles, en lugar de dejarlos huir para ponerse a salvo en las zonas controladas por el gobierno ucraniano, el ejército ruso los trasladó por la fuerza a Rusia y a las zonas de Ucrania ocupadas por Rusia, lo que también constituye un crimen de guerra.
Fue el secuestro masivo de niños por parte de Rusia en Ucrania lo que llevó a la Corte Penal Internacional (CPI) a dictar órdenes de detención contra Putin y otro funcionario ruso.
Al mismo tiempo, este terrible aniversario coincide con una rápida serie de declaraciones de la administración Trump sobre las negociaciones para poner fin a la guerra.
Dichas declaraciones han suscitado un amplio debate público sobre el lugar de Ucrania y Europa en la mesa de negociaciones, las garantías de seguridad para Ucrania, la fiabilidad de Moscú, etc.
Tres cuestiones clave de justicia y protección civil deberían ser centrales en la negociación.
Ante todo, los autores de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad deben rendir cuentas. Las víctimas de crímenes atroces merecen justicia e indemnizaciones por los daños sufridos. Es necesario apoyar y dotar de recursos suficientes las investigaciones y los enjuiciamientos, especialmente ante las sanciones de la administración Trump contra la CPI.
En segundo lugar, garantizar la seguridad de los civiles detenidos y de los prisioneros de guerra debe ser fundamental en cualquier negociación futura. La liberación de los detenidos civiles ucranianos bajo custodia rusa es una prioridad urgente y no debería tener que esperar al inicio de las negociaciones. Tampoco debería esperar el intercambio y la repatriación de todos los prisioneros de guerra. Todos los niños y niñas deportados por Rusia de los territorios que ocupa deben ser devueltos a Ucrania.
Por último, Rusia sigue siendo una potencia ocupante en partes de Ucrania y está obligada por las leyes de ocupación. Por tanto, deben continuar las investigaciones sobre las violaciones de las leyes de ocupación y del derecho internacional de los derechos humanos cometidas por las fuerzas rusas.
Lo que suceda a continuación en Ucrania ha sido objeto de muchas especulaciones en los últimos días, pero una cosa sigue siendo cierta a pesar de todo. Las víctimas del terror y las atrocidades rusas en Ucrania merecen justicia. No se debe negociar.
